viernes, 24 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad 2010!




Natividad. El Greco (S. XVI)



"Hoy ha nacido, en la ciudad de David un salvador, el Mesías, el Señor"

(Lucas 2, 1-14)




Adeste fideles (Venid fieles todos)




¡Feliz Navidad para todos!






sábado, 4 de diciembre de 2010

"Cantata del café" de Juan Sebastián Bach II












Café Zimmermann



"Cantata del Café", J.S. Bach. Libreto de Christian F. Henrici (Picander)

Recitativo - Narrador
¡Silencio! No habléis más sabed más bien que en este momento se acerca el palurdo Schlendrian con su hija Lieschen; él parece gruñón y contrariado ¿la causa? Pronto lo sabréis
Aria - Schlendrian
¡Nuestros hijos son una peste que nos causan mil problemas! Lo que día tras día he rogado a mi hija Lieschen no ha dado ningún fruto

Recitativo - Schlendrian
Hija villana, pequeña garza ¿cuándo te haré entrar en razones? ¡Aleja de mí este café sin dilación!
Lieschen
¡Oh padre, no seas tan severo! Si yo no puedo, tres veces al día, saborear mi taza habitual voy a quedar, para mi desgracia, tan seca como un asado de cabrito

Aria - Lieschen
Ah, cuánto me encanta el dulce café más delicioso que mil besos, más suave que el vino moscatel Café, café, es mi único deseo y si quieren darme placer, ah, que me sirvan un café

Recitativo - Schlendrian
Si tu no renuncias no irás a ninguna boda ni tan sólo a pasear
Lieschen
Como quiera mientras me dejen mi café
Schlendrian
¡Vaya con la pequeña estúpida!
¿Y estás dispuesta a renunciar
a los vestidos nuevos?
Lieschen
¡Cierto! Estoy dispuesta a ello
Schlendrian
Te prohibo acercarte a la ventana
para ver pasar a la gente
Lieschen
No me importa, pero os lo suplico,
¡no me privéis de mi café!
Schlendrian
Hija mía, no te ofreceré ninguna cinta
ni de oro, ni de plata, ni con galones
para adornar tus sombreros
Lieschen
¡Es igual!, mientras me permitas
mi pequeño placer
Schlendrian
Lieschen, pequeña caprichosa
¿no te hacen efecto estas amenazas?

Aria - Schlendrian
No es cosa fácil
convencer a hijas obstinadas
pero buscad su más secreto deseo
y habréis ganado la partida.

Recitativo - Schlendrian
¡Mis órdenes serán respetadas!
Lieschen
En todo menos para el café
Schlendrian
¿Estás pues dispuesta, hija mía,
a no encontrar marido?
Lieschen
¡Oh, padre mío, un marido!
Schlendrian
Te juro que no voy a hacer nada...
Lieschen
... mientras yo tome café?
¡Pues ya está decidido,
voy a abstenerme!
Padre mío, ¿me oyes? ya no lo beberé más
Schlendrian
En este caso
te encontraré marido

Aria - Lieschen
Hazlo, hazlo
hoy mismo, padre mío
¡Un marido, oh, un marido!
Este es mi mayor deseo
es esto lo que espero,
que, en fin, en lugar del café
antes de irme a dormir
tenga un vigoroso amante

Recitativo - Narrador
Contento, nuestro viejo Schlendrian
se puso a buscar un respetable y guapo partido.
Pero Lieschen hizo saber que
no aceptaría ningún pretendiente
que no le permitiera,
en el contrato de esponsales,
que tendría derecho a su bebida
cada día del año, a voluntad

Coro
Los ratones hacen las delicias del gato,
el café entusiasma a las señoritas...
La madre lo prepara a menudo,
y la abuela también lo bebe.
¿Quién podrá pues, censurar a las hijas?






"Cantata del café" de Juan Sebastián Bach I






 

En el siglo XVII era una moda tomar café en Europa. Uno de los músicos más famosos de todos los tiempos, Juan Sebastián Bach, compuso la Cantata del Café en 1732.
 
Esta especie de oratorio, con texto de Picander, se estrenó en el Collegium Musicum de Leipzig hacia 1734. La partitura emplea tres cantantes, flauta, cuerdas y continuo. El divertido texto - acaso el mejor que escribiera el modesto poeta - está compuesto como un oratorio cómico. Un tenor explica la historia al comienzo y, de nuevo, al final.

 
 



El libreto nos introduce en el mundo burgués de Leipzig. La cantata es una deliciosa sátira del vicio del café, entonces de moda entre los burgueses de la ciudad; desde finales del siglo XVII se había extendido en Leipzig, en donde muchas "casas de café" le habían abierto sus puertas. En un establecimiento muy conocido, el Café Zimmermann de la Calle Catalina, Bach ofreció durante diez años sus conciertos públicos a la cabeza del Collegum Musicum universitario; estas audiciones eran al aire libre únicamente durante los meses de verano, en el Jardín Zimmermann de la Puerta de Grimme, los miércoles entre las cuatro y las seis de la tarde. Es fácil imaginar que la cantata nació en este medio.


 



El tema de la Cantata es el enfrentamiento entre dos generaciones. Se trata de un padre (Schlendrian) que le prohíbe tomar café a su hija (Lieschen), aficionada a la deliciosa bebida (considerada un peligro en aquel tiempo, en Alemania no fue aceptada en el hogar hasta la segunda mitad del siglo XVIII, debido a una mezcla de factores: una afición por la cerveza local, una desconfianza general de las cosas "no-alemanas," y por las calumnias dirigidas específicamente contra el café). La amenaza con toda clase de castigos, que no le comprará más ropa, que no le permitirá salir ni asomarse a la ventana. Ella resiste y canta loas al café:

"¡Ah, el café!, ¡sabe tan dulce!, es más cautivador que mil besos, más suave que el moscatel. Café, café… es lo único que necesito. Si alguno quiere hacerme feliz que me ofrezca un café".

Finalmente, el padre le dice que no dejará que se case. Eso sí que es demasiado y ella promete dejar el café, pero si el padre le busca novio de inmediato. Mientras tanto, ella corre la voz que solo aceptará al novio que le permita tomar todo el café que quiera.
Se puede ver una crítica hacia el autoritarismo paterno y una visión un poco más moderna y abierta del papel de la mujer, algo que empezaba a dar sus primeros pasos en algunos lugares de la Europa del siglo XVIII.
 



 

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